La Historia de los Renterías

La familia de boligansters, durante el gobierno de Germán Busch

Freddy Céspedes Espinoza

 

Aureliano Renterías y Misael Renterías 

Nací en 1886 en Sucre, aquella ciudad blanca de balcones y patios con flores, de historias de amor y espadachines que bajaban de Potosí a curar las heridas durante la colonia.

Vengo de la vieja Audiencia de Charcas y el poder de la iglesia, sus retablos,  pinturas de la vida de Cristo y los santos que protegen la ciudad blanca.

Nací en una ciudad demasiada tranquila para mi ímpetu, las mañanas y tardes son iguales, todo está tranquilo para dejar pasar la vida, las flores de las plazas y jardines me adormecen con su fragancia; ya Potosí dejó de ser el centro de atención y la minería va cayéndose a pedazos por el derrumbe del precio de la plata.

Sucre no es para Aureliano Renterías, Sucre es una ciudad bonita para los que nacieron con herencias de siglos, herencias de tapados encontradas en las viejas casonas, herencias de casas de Hacienda con indígenas incluidos para que trabajen.

Mas yo no tengo riquezas, sólo mis manos aprendieron el oficio de la carpintería,  a moldear hermosos muebles, comedores, vitrinas, pero ya la gente no valora el trabajo en madera; además ya estoy joven y no quiero estar más tiempo en Sucre.

Pasaron los años y ya tengo tres hijos en diferentes madres, no importa ellos serán mi apoyo cuando crezcan, además la crisis nos impulsa a trabajar juntos, cada uno tiene su especialidad, para que vayan puliendo su conocimiento.

Para inicios de la década de 1930 nos comenta en su investigación Nigel Abraham Caspa Pacheco, Aureliano ya estaba en La Paz y tenía domicilio en la calle Vicente Ochoa, actual Zona Gran Poder, viviendo con un pariente y su hijo Misael, nacido en Oruro en 1907 de la unión con Cesaria Flores”. “La reciente crisis económica y sus efectos, evidentemente, había afectado a toda una generación de hombres y mujeres en edad de trabajo e impulsado flujos migratorios al interior y fuera de la república”.
“El oficio de carpintero que compartían Aureliano y Misael no bastaba para tener una vida fácil en un país con amplia población competitiva y especializada en ocupaciones manuales. La criminalidad y la violencia, en esas circunstancias, eran comunes en la vida cotidiana e incluso estaban incrustadas en la política, sin distinción de género ni edad”.

Somos una banda de rateros, antes así se llamaba, luego se utilizó como banda de ladrones, de pícaros, de cacos, y todos los adjetivos utilizados por la prensa, la policía y la gente común que sabía de nuestras andanzas.

“ Un candado violentado y quebrado en la mañana del 16 de mayo de 1931 sería la prueba del robo en la sección de barraca de la empresa “Jorge Saenz e Hijos” ubicada en la Calle Murillo. El jefe de sección de la empresa, Armando Villavicencio, presentaba la denuncia contra Aureliano Renterias por robo de herramientas de carpintería y dinero en efectivo que ascendía a los Bs. 274. Este caso era solo uno de los 18 robos asociados a los Renterias, enlistados por el agente policial Pablo Zaballa de la División de Hurtos y Robos. Aquella situación colocaba a aquel grupo criminal entre las prioridades de la policía. Las investigaciones tomarían tres meses hasta Agosto de aquel año.”

“El 19 de Agosto de 1931 Aureliano Renterias y su hijo Misael Renterias fueron capturados y prontuariados por robo de especies. Así iniciaba una historia que alcanzaría su climax seis años después. Si bien el primer arresto terminó en un “arreglo de facto” por una suma de Bs. 150, en febrero de 1932 Aureliano sería capturado nuevamente por robo confeso de especies junto a su esposa Nazaria Ortiz y su hija menor Aurora.”

“La famosa banda de los Renterías ganó notoriedad y cobertura entre 1931 y 1937 en la ciudad de La Paz. Su zona de acción se irradiaba en las calles Sagárnaga (antes Tambo de las harinas y Chocata incluida la Illampu), Santa Cruz (antes Supaicalle o calle del diablo y Uturuncu), Linares (antes Capacanavi), Murillo, Max Paredes y paralelas. Robos de especies, sombreros, relojes, botellas y otros objetos eran su especialidad, pero la ambición crecería”.

“El asalto a la lujosa vidriería italiana Crispieri en abril de 1937 fue el hecho que puso nuevamente a los Renterias como enemigos públicos número uno de la ciudad. Era el último de una serie de asaltos sufridos en la ciudad de La Paz, entre los que se contaba la tienda El Siglo, sastrería Zapata, tienda de abarrotes Ostaloza y Cáceres. La banda de los Rentería fue perseguida y capturada, pero su líder, Misael Renterías, logró evadir y fugarse del control policial. La persistencia de los agentes tuvo fruto la mañana del 14 de abril de 1937 cuando acorralaron al prófugo en una casa de la calle Amazonas (zona San Pedro.”

“La captura del Misael Renterias sería aparatosa con intercambio de disparos de armas de fuego, ocupando algunos titulares de los periódicos (El Diario, 17.IV.1937). Tras percatarse del acorralamiento, el líder de la banda se parapetó diestra y ágilmente detrás de turriles de gasolina y abrió fuego contra la policía sin lograr hacer blanco. Cesar Seoane, cabo de carabineros, hirió en la pierna a Misael y lo obligó a pedir tregua. De la habitación donde había compartido lecho con su amante, Albina Reyes (prontuariada penalmente en 1936), se incautaron varios objetos robados y también valiosos objetos de oro sustraídos de la vidriería de los Crispieri. En la captura también Intervinieron el soldado Juan Blanco, los agentes Manuel Toro, Pablo Zaballa y Victor Navia y el subjefe de investigaciones, Guillermo Urquizo”.

Misael Renterías, el temible y famoso líder de la banda criminal que tuvo en jaque a una ciudad sería atendido de sus heridas en la Asistencia Pública, remitido a la central de Policía y mantenido incomunicado. Nuestra pista se diluye después de saber atrapados y encerrados a los Renterias”.

En el Panóptico de San Pedro

 “ La celda es completamente obscura, creo de un metro cuadrado de perímetro y cuatro de altura. Junto al tumbado hay una pequeña reja. El piso es tan húmedo como si hubieran echado baldes de agua. El hedor, insoportable. Al pasar el segundo patio, a un hombre le dije muy  ligeramente: “ me han de flagelar  esta noche”.  Y el hombre me respondió:

“ Mientras estemos aquí no lo flagelará nadie”. Grite. No hay ley para flagelar “ Era el famoso ratero  Misael Renterías, el gangster boliviano, que para él en ese instante no había ley para flagelar, pero poco tiempo después, habría una ley  para masacrarlo con toda su familia , sin proceso alguno”.

“Una de las tardes siguientes, como de costumbre, salgo a tomar sol. En la puerta de un calabozo colectivo, junto al canal, varios hombres están jugando a los dados. Son los famosos rateros Renterías, una familia de boligangsters compuesta por el padre y sus hijos Misael, Eduardo y Luis. Misael es el jefe  de la banda, bien parecido y macizo. Están jugando al Krabs todo lo que tienen  en la fantasía: mujeres, casas, y lo que es peor, desde uno a diez millones de bolivianos. La bulla es estruendosa”. Me aproximo.

-¿ Cómo anda el juego?

-Mal “Doctor”. Me han ganado todas mis casas y varios millones de bolivianos –responde Misael-. 

( Esto era un presagio, porque después de haber sido masacrados, les robaron sus casas  y el producto de sus robos , habiendo sido sindicado un capitán  Prado de la misma policía , quién fugó a la Argentina).

- Mal hecho-rumoreo yo-. Estarás bien en amores entonces.

-Tampoco. Cuando uno cae a la chirona  ya nadie se acuerda…

- ¿ Y desde cuándo están aquí?

-Estamos ya aquí 150 días. Como no hay nadie quién reclame por nosotros, nuestro asunto está durmiendo en la Prefectura.

- ¿ Y por qué los han traído?

-Porque dicen que somos ladrones.

- ¿ Y en verdad que no lo son?

-No “Doctor”. La nuestra es una profesión, es decir, nos apoderamos de lo ajeno  para no morirnos de hambre y para socorrer a los pobres. Ladrones son, aquellos  que simulan honradez para apoderarse de lo ajeno, pero, no nosotros, que robamos de frente, sin simular.

- Sí “Doctor”. Dice Luis, que es el más vehemente y vivo-. No somos como nuestros verdugos, que so pretexto  de ser policías, se apoderan de todo el producto de nuestro trabajo y hasta se visten con nuestros ternos y camisas…

- Y para que usted sepa lo que es esa gente-toma la palabra el padre.

- Trabajamos con ellos en sociedad, y perciben sin hacer nada el cincuenta por ciento de nuestro esfuerzo…..Cuando nos negamos partirles las ganancias, nos balean, nos roban y nos echan en la cárcel, como lo están haciendo ahora. ¿ No son ladrones Doctor?

- Son más que ladrones – respondo- . ¡ Son criminales de la peor especie! Lástima que nadie pueda sancionarlos, porque todos son lo mismo en esta tierra de Jauja, donde el más bribón el más pillo se arma.

“Don Ivo, sin hacerse sentir estaba escuchando, empieza a aplaudir. Los otros siguen con frenesí. Se produce un revuelo entre los gendarmes. El Centinela grita: “ ¡ Cabo de llaves! Irrumpe haciendo sonar su manojo metálico. Soy empujado con saña en mi madriguera. El sol se apaga y me sumo en la noche eterna de mi prisión”.

Los famosos Renterías fueron  masacrados con toda su familia, sin proceso alguno, fueron asesinados y ahora la historia de estos boligansters, como los llama Julio Aquiles Munguía, ya está resuelta.

Fuentes:

Nigel Abraham Caspa Pacheco hizo una investigación fabulosa sobre estos personajes que hubieran pasado al olvido sin ser conocidas. Todo el texto entre comillas le pertenece. Las fotos son de su autoría.

También es importante mencionar a Julio Aquiles Munguía, escritor, aventurero y patriota, quién estuvo en la cárcel en ese momento junto a los Renterías y gracias a él,  se pudo conocer más sobre la vida y la muerte de estos ladrones.

Julio Aquiles Munguía, estuvo encerrado en el Panóptico de  San Pedro en 1937 por  enrostrarles a los militares en un manifiesto,  que la guerra del Chaco se había perdido por la ineptitud  de sus oficiales.

Perigeo boliviano 1942 . Julio Aquiles Munguía pag.16,19,20,21.

 

 

Comentarios

  1. Hola! Me alegra que la investigación continúe. Efectivamente, el prontuario criminal de Misael y su padre tienen una cruz roja marcada en su carátula. Me imagino que la pusieron después de "masacrarlos". Sospecho que hay algo más en esta historia que no estamos viendo. Espero volver sobre los Renterías pronto. Felicidades! Abrazo

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  2. Gracias estimado Nigel, en cada momento histórico, hasta los delincuentes, tienen su momento. Un saludo.

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