Carlos Franck, el rico alemán de la goma, la quina y el oro


 
Carlos Franck junto a su esposa
Emilia Eyzaguirre Rivert

Franck encontró el paititi y lo convirtió en libras esterlinas

Freddy Céspedes Espinoza

Alisté mochilas para viajar por la Cordillera de Apolobamba y bajar al valle de  Pelechuco, fin del camino carretero en el Altiplano Norte.
Me encontraba nuevamente uno de los buses públicos que  van haciia ese sector tan alejado.

Estos buses conocidos como los Coches Bomba, por la carga que normalmente llevan; desde garrafas de gas hasta dinamita y casi medio centenar de personas que  se acomodan como mejor les viene en gana.

Este fue el inicio de una travesía de más de 14 horas cruzando pueblos altiplánicos, hermosas vistas del llamado Altiplano Alto a más de 4200 metros con miles de llamas, alpacas y la reserva de centenares de vicuñas que contrastan con  hermosas montañas de nieves eternas del Parque Nacional.

Pero el motivo que me impulsó a ir a este sector no era turístico, estaba tras las huellas de un emigrante Alemán que vino a mediados del siglo pasado a Bolivia y que se asentó en Pelechuco. Más tarde llegó a ser uno de los más importantes millonarios de Bolivia gracias a la extracción de la goma, quina y oro del norte paceño.

Carlos Franck, llegó a Pelechuco a mediados de 1860
Todo empezó con los aymaras

Según crónicas coloniales, esta parte del norte paceño desde épocas anteriores a los Incas fueron exploradas por los aymaras, posteriormente el Inca Yayuar Huakaj, a la cabeza de 15.000 guerreros se atrevió a franquear la Cordillera de Apolobamba y descender hasta el Rio Madre de Dios.

Posteriormente El Inca Yupanqui llegó hasta el margen izquierdan del rio Diabeni que en lengua Tacana significa río de los vientos; hoy río Beni.

Desde esas épocas ya se hablaba del Gran Paititi, lugar donde existían ciudades de oro; el misterioso Paititi, motivó posteriormente a los españoles a lanzarse a la aventura de encontrar ese reino siguiendo los caminos incaicos que todavía permanecen intactos desde Pelechuco hasta Apolo.

Si bien las misiones de Apolobamba durante la colonia fueron importantes en el aspecto de convertir a los “infieles chunchos “ al catolicismo, su importancia económica repercutió en el sistema de vida mercantil de los españoles, pues las más ricas de oro se encontraban en esta zona.

Después de la independencia muchos extranjeros llegaron a Bolivia en busca de mejores días, no importando, si los lugares elegidos se hallaban en viejas minas de españoles a más de 4800 metros junto a glaciares o dentro el monte de Ixiamas Mapiri y Apolo, donde los naturales apuntaban sus puntas de flechas envenenadas contra los osados aventureros que ingresaban a sus dominios, tal cual reza en las expediciones hechas por el Ex presidente José Manuel Pando.

Franck encontró el paititi y lo convirtió en libras esterlinas


 Una demostración de su riqueza, era brindar a sus hijos y la gente actividades circenses en su casa de Pelechuco.


Carlos Franck, junto al padre de Germán Busch y los antepasados del presidente Hugo Banzer, según información recogida en el lugar, llegaron juntos a Bolivia, ellos encontraron tanto en el Beni, Santa Cruz y el Norte de la Paz sus nuevos hogares.

El Norte de La Paz conocida con el nombre de la gran Provincia de Caupolicán, abarcaba extensos territorios de Ixiamas, Apolo, los territorios del Acre cedidos al Brasil y la zona de Amarumayu al Perú donde claramente delimitados en los mapas de 1859 se hace referencia como: “Regiones no exploradas y poblada por salvajes”.

Carlos Franck, llegó a Pelechuco a mediados de 1860 sin imaginar  que más tarde, esas tierras salvajes con ríos caudalosos y la presencia de grupos selvícolas, serían su fuente de trabajo para convertir la corteza de quina y el caucho en miles de libras esterlinas.





El Explorador Fawcett en casa de Carlos Franck.

El árbol del caucho crecía en las orillas del  Tuichi, Ixiamas, Rurrenabaque y lo que hoy llamamos el Alto Madidi en medio de pumas y pantanos infectados de caimanes y mortales enfermedades tropicales.

Gracias a su valentía de internarse a esas regiones Franck, logró tener extensas concesiones en estas regiones como producto de  su tozudez germana  y amistad con José Manuel Pando.
Cuando estalló la Guerra del Acre en los primeros años de  1900, Franck financió con su propio dinero al ejército boliviano que tardó más de dos meses en  llegar al la zona de combate.
Por otra parte, la gran fiebre de la goma hizo que  centenares de aventureros nacionales como extranjeros se enfrasquen en batallas personales y de empresas Gomeras como la Galvez Rubbers, Yuyotico de Federico Nielsen Reyes, San Carlos de Franck y otras.
Según refiere el escritor Nazario Pardo Valle, “” La existencia de varias empresas dedicadas a la misma explotación y la delimitación de las concesiones y linderos provocó innumerables problemas, reyertas, peleas, donde la ley del Winchester o la ley del Colt, eran la unica norma que  regía. Era conocida la rivalidad del grupo familiar de Nielsen Reyes y Franck ambos alemanes, contra los hermanos Vidal de Apolo conocidos los tres, por su escosor en el dedo para apretar el gatillo.
Tanto dinero dio el caucho, la quina y el oro que  explotaba en sus minas de Suches, Sorapata y Laje, que Franck llegó a transformar la apacible Pelechuco en una población próspera;  para ello, ni se inmutaba para traer un completo circo para que se distraigan sus doce hijos en el patio de su casa, que contaba con más de 5000 metros Cuadrados de extensión Y con capacidad para tener su propia pista de patinaje   que  hasta ahora existe.
Todavía pude ver los finos muebles europeos, el gigante piano  que llegó aquí sobre lomo de bestia, cajas de música, adornos de marfil, cuadros impresionistas, un sistema de calefacción; además fue la única casa con sistema de arcantarillado; es decir lo más suntuoso y funcional  que una persona rica europea podía poseer en su casa.
De Alemania le llegaba la ropa, los mejores vinos de Francia, los empapelados y las finas alfombras completaba el cuadro señorial de la casa con pasadizos secretos entre habitaciones y túneles que cruzan hasta la orilla opuesta del río de Pelechuco.
Químico de profesión Franck, aportó mucho al país como financiador de expediciones al norte de La Paz, buen constructor de  puentes como el Amantala, que puede considerarse como uno de los puentes colgantes más fascinantes construidos en Bolivia.
Son famosos los caminos de herradura mandados a construir para unir Pelechuco – Apolo, demostrando una tenacidad para llegar a su sueño de potenciar el Norte paceño.
Franck logró consolidar su empresa a tal punto  que exportaba directamente a Europa, dependían de él siringueros, cargadores, fleteros empleados y llegó a ser tan rico que el gobierno liberal de Pando  lo nombró sub prefecto de la provincia, es decir tenía todas las facultades políticas para aplicar la ley a su modo. Tal fue el éxito económico de este lugar  que inclusive, la República del Perú tenía un Consulado en Pelechuco.
Después de la primera Guerra Mundial, cayeron los precios de la Goma, todos sus hijos partieron fuera del país a educarse; la mayoría de los descendientes viven actualmente en Alemania; otros en Brasil y Argentina; quedando en Bolivia algunos que por suerte pude conocerlos.
Carlos Franck murió en 1922 y sus restos descansan en la iglesia de Santiago de Pelechuco junto a la de su esposa Boliviana Emilia Eyzaguirre Rivert.
Franck está muerto, pero nos dejó el camino para emprender nuevamente ese gran desafío,  conquistar el norte de nuestro departamento y redescubrir el potencial económico que encierra.
Balas por doquier
Al retorno de un viaje de Alemania, se encontró con la trágica noticia de que un grupo de forajidos, enemigos de Franck, asaltaron su casa robando la caja fuerte con miles de libras esterlinas y dando muerte a un hijo suyo y la empleada.
La noticia corrió como reguero de pólvora en toda la provincia, las investigaciones se centraron en odios políticos, otros consideraron como ajuste de cuentas como resultado de las frecuentes escaramuzas en el monte; sin embargo Franck esperó el momento oportuno para capturar a los asesinos y con la misma moneda pagó a los criminales, mandándolos a fusilar en plena plaza central, total Franck era uno de los hombres más ricos y por lo tanto, tenía el poder político en sus manos por ser sub prefecto de Caupolicán.
Su seguridad era tal  que   mandó a construir puestos de centinelas justo al frente del ingreso de su casa para protegerse de los enemigos.
Una casa con paredes falsas y pasadizos secretos.
Cual un castillo medieval, la casa de Franck permanece sólida al paso del tiempo, cuenta con paredes de adobe con más de dos metros de espesor, en medio de éstas, existen pasadizos que conducen a habitaciones que ni siquiera se sospecha de su existencia.
Existen puertas camufladas sobre el piso para ingresar a habitaciones oscuras donde podía proteger a su familia en caso de verse en peligro.
FUENTES:
Entrevistas en Pelechuco a Alan Jauregui Segovia, bisnieto de Carlos Franck y Rossmary Ergueta descendiente de Frank.
HISTORIA DE APOLO: Machicado Augusto.
FOTOS DE ALAN JAUREGUI SEGOVIA.

 

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