Achacachi indomables sin miedo







  El Mallku

Los recientes levantamientos Aymaras

Freddy Céspedes Espinoza

  La gran Cordillera de los Andes, los  colosos Illampu, Hankohuma y el gran Chachacomani forman   una muralla de glaciares que circundan la extensa planicie de Achacachi.
Capital de de la provincia Omasuyos, antiguamente abarcaba las provincias Manco Kapac, Camacho,  Ingavi y otras circundantes al lago Titicaca reduciéndose hoy, a sólo 2,065 km2 de extensión.
Bofedales extensos en la cordillera,  donde pastan cientos de llamas, cerros polícromos, los altos glaciares que vierten sus aguas al río Keka y a su vez utilizado para el riego de los hermosos campos de agricultura, y vacas lecheras orgullosas de sus ubres.
Se cultiva principalmente papa y cultivos para forraje de cebada y avena, habas, cebollas, quínua, oca y alfalfa. Se crían ovejas y ganado vacuno, de los que aprovechan su leche, fabrican quesos y utilizan su carne. En la zona cordillerana, crían también llamas y alpacas.
Pero en las estadísticas del año en que se levantaron los del Ejército Guerrillero Tupac Katari (EGTK) , nos mostraba que el 74% de las familias de la provincia eran extremadamente pobres, 22% eran pobres y sólo un 4.55% podríamos llamar no pobres.
El nivel de educación de la población de la Provincia Omasuyos, tampoco era alentador porque un 28% era analfabeta;   además, cerca de 22% de la población nunca asistió a la escuela. Probablemente cambió los índices de pobreza, habría que evaluar el desarrollo de estos últimos años.
Ante tal situación, diferentes proyectos a lo largo de décadas fueron implementándose en la zona para paliar este flagelo; sin embargo, fracasaron muchos de ellos, comentaba hace algunos años Mauricio Mamani un antropólogo Aymara, que trabajo por varios años en la zona, primero como maestro rural, posteriormente en diferentes proyectos de desarrollo de la zona y finalmente como ministro de Asuntos Campesinos en la época de Víctor Paz.
Historia de resistencia
Los Omasuyos, tienen una larga historia de resistencia.
Durante el inkario por ejemplo, los orejones salieron derrotados en varias batallas. Las crónicas de la colonia, señalan que los fieros Aymaras de “Umasuyu”, hacían retumbar en bombos los pellejos extraídos de los inkas vencidos y con sus dientes se hacían collares, para enrostrar a los que se atrevían a quererlos someter.
Pese a todo, los Inkas lograron controlarlos momentáneamente, utilizando el sistema de los Mitimaes o traslado en masa de los  alzados. Hoy podemos encontrar descendientes Aymaras de Omasuyos en Ecuador, transportados a la fuerza hasta esas lejanas tierras.
Durante la colonia, la resistencia se volvió pasiva y activa a la vez, nuevos  arranques de desquite, hacia los chapetones y curas, a quienes los expulsaron muchas veces.
En los años cincuenta, el ministro de Asuntos Campesinos Eloy Alvarez Plata, fue asesinado con un tiro certero de Mausser,  en Atawallpani,  un pueblito cercano a Sorata.
 El autor fue el Aymara apodado el Wila Saco, un líder indígena que se cansó de tanta pobreza y promesas no cumplidas.
El Gobierno del MNR en su primera gestión de gobierno 52-56,  lo metió a la cárcel San Pedro por muchos años. Apellidaba también Quispe.
  Danza con la muerte
La resistencia de los Omasuyos, se manifiestan en diversas formas, por ejemplo existe, una danza proscrita desde la colonia, que todavía sintetiza el pensar de la gente.
Es la danza de los Pakhochis, en una alusión directa contra la opresión colonial y republicana, su letra guerrera transmite los valores bélicos que permanecen en el ego de cada habitante, convirtiéndose en el inconsciente colectivo de lucha en los Omasuyos.
En un compás pasivo y de movimientos asestando un golpe de espada al rival, los Pakhochis van arengando:
“ Date cuenta te mataré. Date cuenta te mataré. Tus orejas te cortaré. Date cuenta te mataré. Tú Khara a robar vienes, Date cuenta te matare, Tus orejas te cortaré”.
Por tal razón, es muy ancestral la forma de ajusticiar a los “enemigos” cortándoles la boca de Oreja a oreja, ( Jinchu a Jinchu), tal como le sucedió al Capitán Tellez en el bloqueo de Septiembre del 2000.
Pero eso no es todo, en el siglo XX, el presidente Bautista Saavedra, mandaba a traer desde, su Hacienda Avichaca, a los matones "a sus ovejas de Achacachi", para darles un escarmiento a los Liberales que se oponían a su gobierno" y romperles el espinazo a sus enemigos al grito de " Viva Saavedra y viva Achacachi".
El Mallku Achacachi y el EGTK
Transcurrieron más de veinte años desde la “Operación Paloma”, palabra clave de los organismos de seguridad del Estado, para referirse a la captura de los principales cabecillas del Ejército Revolucionario Tupac Katari,
Wara Wara, Qananchiri, el Mallku y otros que bajo  seudónimos de raíces aymaras, inquietaron los primeros años de los noventa con 48 atentados dinamiteros en diferentes puntos del país.
No fue sólo un movimiento de “Jóvenes aventureros sin convicción política y poco conocedores de la realidad campesina” como afirmó el entonces Sub Secretario del Ministerio del Interior, Marco Antonio Oviedo.
Este movimiento iniciado por el EGTK,  fue más bien  el grito de los “aymaras oprimidos por los “Qhara burgueses”, según el principal cabecilla Felipe Quispe Huanca, quien además se consideraba descendiente de los valerosos Quispes de Azángaro, que pelearon como soldados de Andrés Tupak Amaru y Tupak Katari.
De la guerra aymara a la operación pulga
La  ideología principal del EGTK, era la separación de aymaras y quechuas del estado boliviano, por ser éstos, los dueños originarios de esta tierra y con derecho a formar Estados y naciones independientes de trabajadores aymaras y quechuas,  tal como reza en uno de los manifiestos que circularon por esos años.
Por otra parte Alvaro García Linera o Qhananchiri manifestaba en esa época que el movimiento era marxista porque según él “ En esta lucha no importaba si la gente era negra, morena o blanca, si hablaba quechua o aymara, lo que importa es si es que trabaja o no. Si se alimenta del trabajo ajeno o no. Si disfruta de las relaciones políticas estatales de dominio o no”.
“Todo el que trabaja no tiene más camino a elegir para realizar sus esperanzas que abolir la explotación, el sufrimiento y la dominación, que el sublevarse contra la injusticia, que el de realizar con sus propias manos y su rebeldía histórica, la revolución”.
A no dudarlo, con tal cantidad de principios contra el régimen imperante y con la sangre que bullía en sus cerebros, declararon en 1992 la guerra insurgente colgando tres gallos muertos en la ciudad del Alto como representación aymara de iniciar la violencia contra los Qhara burgueses y su Estado.
Dinamita para todos los gustos
La guerra declarada era de tal magnitud que el gobierno de Paz Zamora, a través del comandante de Policías Jaime Céspedes, sostuvo que era de primera prioridad combatir al EGTK, inclusive, era más importante que la captura del ex dictador Luis García Meza.
Esta declaración se basó principalmente,  por los atentados dinamiteros contra torres eléctricas, poliductos, oleoductos, gasolineras, iglesias, sedes de partidos políticos, represas y monumentos en diferentes lugares de Bolivia, totalizando 28 voladuras a pura dinamita.
Pero la historia no quedó allí, cuando Felipe, salió de la cárcel, volvió a la carga, vino fortalecido en la Federación de trabajadores campesinos de Bolivia, especialmente con sus allegados de las riberas del Titicaca a debilitar al gobierno de la “Mega Coalisión”, que pensaron controlarlo fácilmente, pero se les fue de las manos.
Su poder se hizo sentir en los bloqueos de Abril y Septiembre de 2000, cerrando los ejes troncales de exportación, el turismo bajó a cero, saliéndose con la suya para obligar a firmar convenios con el gobierno que se enloquecía por las presiones de empresarios, y transportistas.
Más de lo mismo
De acuerdo a Felipe Quispe el Mallku, nada ha cambiado en estos últimos años del gobierno del Movimiento al Socialismo.
Es tan certero en sus apreciaciones y descripciones de los personajes que hoy están en el gobierno, que muchos fueron prácticamente enrostrados ante la opinión pública.
Al Vice Ministro Rada,  lo llamó Yerno del poder que de la nada se había encaramado en el MAS, “antes no tenía dónde caerse muerto”.
Al Vicepresidente, antes Qhananchiri, lo llamó “rata pelada” y aún al presidente Evo Morales lo compara con los dictadores militares que tuvimos en el pasado. Obviamente que sus apreciaciones personales no gustó a los del gobierno.
Sin embargo detrás de él, está todo un conjunto de aguerridos Aymaras que se desmarcaron, del apego y apoyo a Evo Morales que hasta hace un año era visto como el presidente indígena, a quién Felipe Quispe, puso recientemente en duda,  su origen de originario.

  Fuentes:
Ibarra Grasso Dick.
La verdadera historia de los Incas.
El EGTK y la guerra Aymara
Jaime Iturri Salmón.
Foto: Rimay Pampa

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