El lago Titicaca se lo llevó
El lago Titicaca se lo llevó
Peligro en el muelle
Freddy
Céspedes Espinoza.
Lo
encontré indefenso, corriendo alegre y con ganas de vivir.
Me
llamo Luis me dijo, tengo cinco años, hoy vi un picaflor que se colgaba en las flores de mi balcón.
Me
levanté temprano, respiré profundo y
salí corriendo detrás de mi abuelo que me cuida y él me ayuda a vestirme, y todos los días me trae a la playa; es
lanchero.
Salió
contento de su casa, no tenía nada más que un juguete de plástico que cumplía diferentes
funciones. Cuando quería jugar, era su auto, luego fantaseaba con tener un
celular; así que hablaba con todos. Se comunicaba con sus amigos imaginarios.
Mi
mamá vende comida en el mercado de Copacabana, completó su corto encuentro conmigo..
Tengo cinco años me gusta jugar, comer, correr con mi perro, perseguir a
mis pollos en el patio y ver echado,
boca arriba las diferentes formas de las
nubes.
Hoy
como todos los días me fui a la playa con mi abuelo que está sacando agua de su
lancha, porque llovió toda la noche.
No
me vigila, entablo conversaciones con las personas que van a la isla del Sol, nunca fui allí, hoy tengo más confianza y no temo a los turistas; además algunos, me preguntan mi nombre.
Juego
en el muelle, veo las algas, los patos zambullidores y los negritos que llaman
Chokas, que entran y salen del agua sin mojarse
Quiero
ir a la isla del Sol.
-
Hola
amigo: ¿vamos a la Isla del Sol?Me dijo sonriente.
-
No hijito, no puedo llevarte.
-
-Vamos
pues, insistió.
-
No,
no puedo.
-
Entonces
llévame a La Paz. Viajaremos.
Me alegró la ocurrencia y le dije de buena
gana, la próxima vez te llevo.
Ya
chau amigo, me dió la mano y se perdió.
Qué
mirada más limpia, que inocencia de alma, sus palabras eran melodías, su
sonrisa brillaba más que la claridad del lago.
Pasaron
los minutos y unos adolescentes corrieron cerca
al muelle y comenzaron a gritar. El ñiño se cayó al lago. Se cayó…Se
cayó.
Logré
saltar de la lancha y me incliné lo más que pude y desde el muelle logré
sacarlo. Parece que ya estaba en el lago por algunos minutos y nadie se dio
cuenta.
Sus
ojos ya estaban blancos y con la mirada hacia arriba, estaba con rigidez cadavérica.
Me desesperé, y lo acosté en las maderas del viejo muelle.
¡No
puede ser dije, está muerto!
¡ no,
no, no! . Mi amigo de cinco años estaba
sin vida. Murió en mis narices, y comencé a recordar algunas técnicas que había
aprendido hace mucho.
¡ Qué
desesperante ¡ trataba de abrir su boca, logré meter mis dedos.
Lo
sacudí, apreté con fuerza toda el esternón y el estómago hinchado; estaba
completamente frío. Sus labios ya no irradiaban sonrisas.
Sentí
una extraña presencia de la muerte en mi alrededor.
Volví a meter los dedos en su boca. Trataba de
abrir para permitir que entre algo de oxígeno.
Ya
estaba desesperado. ¡ se me fue mi amigo!.
Por
favor amigo despierta y lo sacudía.
Respirá
amigo, amigo, amigo, vamos a jugar luego, no te puedes ir. Volví abrirle la
boquita. Para darle respiración.
Me
mordió, me mordió los dedos y comencé
nuevamente a tener esperanzas.
Lo recosté, y le dije, respirá fuerte amigo, fuerte , abrí su boca
con todas mis fuerzas y le introduje mis
dedos y comenzó a vomitar agua del lago sagrado.
Pero
no volvió, estaba completamente rígido, no abrió los ojos.
Le dije amigo, amigo,
no te mueras…tenemos que ir juntos
a La Paz, tenemos que ir a la
Isla del Sol. Nuevamente procedí a tratar de darle los primeros auxilios, con
más angustia.
Por un milagro, volvió a la vida, abrió los
ojos un momento, me alegré salté de alegría, le di un fuerte abrazo, me
emocioné de alegría. Sentí cómo su alma volvió a su cuerpo y
fue recobrando su semblante, me miró triste y con ganas de decirme algo,
pero el abuelo apareció y se lo llevó
rápidamente a abrigarlo.
Hoy
se murió mi amigo de cinco años por unos
segundos, volvió a la vida por milagro de dios
y me cambió la vida para siempre.
Historia
verídica que me pasó el 24 abril 2017 en el puerto de Copacabana……
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